VIOLENCIA SEXUAL DIGITAL

Al paso de la tecnología se han ido diversificando las formas de expresión de la violencia y a ello no  escapa la violencia contra la mujer, siendo una de las expresiones evidentes la violencia digital, específicamente, la violencia sexual digital. Ligados como están los delitos sexuales al ejercicio del poder, la tecnología es utilizada para ocultarse y cometer actos que van en contra de la integridad y la libertad sexual de las mujeres,  sendas veces dentro de relaciones de pareja, los que luego son masificados a través de medios digitales, maximizando así el impacto de la agresión

Cada vez, más mujeres son presionadas por sus parejas al envío de fotografías explícitas,  así como obligadas a permitir que se le tomen fotos o videos al momento de intimar con la pareja, que posteriormente sirven para amenazarlas si llegan a pretender una separación, lo que constituye también un acto de violencia doméstica. Se dan casos en los que las mujeres han consentido la relación sexual incluyendo el uso de dispositivos electrónicos para grabar un video de ambos o ser ellas grabadas o fotografiados, sin embargo, sin el consentimiento para compartir y difundir las imágenes, muchas veces en un acto de ira, son enviadas a otras personas o colgadas en páginas de internet.

En otras situaciones, mujeres adultas y menores de edad son engañadas por “el amor romántico que les pide conservar de ellas un recuerdo permanente”, cuando en realidad éstas personas (tratantes) se dedican a reproducir y vender las imágenes; por lo que echarán mano de todos los mecanismos para obtenerlas, como el uso de cámaras ocultas. Pero no conforme con eso, el internet se alimenta de bulos pornográficos creados y/o difundidos por quienes por envidia o celos han encontrado en esto una forma viable para dañar a una persona, sin importar la infinidad de consecuencias que pueden presentarse para la vida de la víctima. En esta variante también son víctimas, aunque en menor medida, los varones.

Esta modalidad va mutando como virus de la mano de los avances tecnológicos, ya que se encuentran a la orden del día los softwares, antes costosos y al servicio de grandes proyectos cinematográficos, ahora más disponibles para facilitar sus actos a los agresores; por lo que no importa la cuarentena autoimpuesta o sugerida por mujeres que opinan sobre este tipo de violencia, pues una sola foto bastará para ser sobrepuesta a un video pornográfico, y crear a partir de ella un bulo. A esto no escapará la vendedora de frutas, la maestra, la cajera, la gerente o la policía; tampoco la ministra o la diputada porque, al menos en Panamá, ha quedado claro que la variante expuesta hace parte de la violencia contra la mujer en la política.

Éstas conductas que son alimentadas y aupadas en la sociedad a través de su necesidad de morbo se relaciona con delitos varios como la trata de personas con fines de explotación sexual y la pornografía infantil. Pero ya se empiezan a ganar batallas, puesto que se encuentran tipificadas como delito en algunos lugares del mundo.

Aquí les dejamos algunos vínculos a información generada en otras latitudes sobre el tema:

«Mi violador publicó el video del ataque sexual en un sitio porno»

 Lo más leído de 2019: El ‘cóctel mágico’ del nuevo negocio del porno: famosos e inteligencia artificial

El hombre que publicó 17 videos íntimos sin permiso – Las Igualadas

Ciberacoso: «Pasé de ser la ‘gordibuena’ del video sexual que criticaba todo el pueblo a que 11 estados de México aprobaran una ley con mi nombre»

«Mi vida es un infierno desde que pusieron mi cara en un video porno»: el duro testimonio de una periodista que sufre bullying extremo   

Como parte de las acciones de prevención de este flagelo llevamos adelante seminarios-talleres  denominados: “La Erradicación de la Violencia Contra la Mujer. El Paradigma desafiado por internet”. Conóce las experiencias.         

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