A través de las áreas de Prevención de la Violencia, Derechos Humanos y Desarrollo Humano, realizamos esfuerzos buscando concretar el apoyo a sobrevivientes con miras a consolidar el acompañamiento en el sentido más amplio en que sea posible. Se trata de aportar al camino de resurgimiento del abismo en que ha podido quedar sumida la víctima de un hecho violento con la comprensión de que, quién está en su camino como sobreviviente es parte y ha sido víctima de una sociedad que ha normalizado la violencia y que posterior a los hechos continuará enfrentado a esa misma sociedad a lo largo de las diversas atenciones que tendría que recibir, prioritariamente justicia y salud.
Para Fundación CLARESAS el enfoque de prevención se dirige en tres sentidos con un solo fin: la prevención de la violencia contra las personas que ya han sido víctimas, es decir, combatir la revictimización en la atención en los servicios que deben recibir; prevención de la violencia contra los grupos más vulnerables a la misma, que suelen ser las mujeres, niñas, niños y adolescentes; prevención de la violencia que ha sido normalizada como forma viable de relación entre las personas, todas como parte del camino hacia la construcción de una sociedad pacífica e integralmente equitativa.

Reconocemos la importancia de reclamar los Derechos Humanos de las Víctimas, la necesidad de aprender sobre los mismos y empoderar a las personas sobrevivientes, así hayan sido víctimas directas o la hayan padecido por su cercanía con una víctima, para exigir su cumplimiento, desde los derechos reconocidos por la normativa nacional, hasta los instrumentos del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y posibles formas de acción a través de los mismos. En ese sentido es prioritario el Derecho de Acceso a la Justicia y el acompañamiento de la víctima, desde la orientación y la asistencia hasta la representación, que aspiramos a poner en marcha como herramienta al servicio de los procesos que viven las víctimas-sobrevivientes para lograr el acceso a la justicia, entendiendo que será fundamental en ese acompañamiento el apoyo de profesionales del área de psicología y trabajo social.
Es igualmente importante la docencia y comunicación sobre los derechos humanos de los grupos de especial interés, mujeres, niñas, niños y adolescentes; para facilitar el autoreconocimiento como sujetos de derecho y la exigencia del respeto que a ese estatus corresponde, lo que consolida la relación con la labor de prevención de la violencia.



Es fundamental reivindicar a la víctima como ser socialmente productivo, implementando mecanismos y programas, para potenciar sus fortalezas y motivar el ejercicio de sus capacidades en su andar como sobrevivientes, así como en el caso de quienes siendo parte de los grupos humanos vulnerables a los cuales dirigimos nuestra labor se consideren en riesgo. De esta manera ni los riesgos ni la violencia que hayan sufrido se convertirán en determinantes para evitar su avance. Esperamos así contribuir a contrarrestar el impacto sicosocial de la violencia, que frena el Desarrollo Humano de las víctimas y las poblaciones en riesgo, perjuicio que se amplifica en un país con marcadas desigualdades.


¡En ese camino nos encontramos!