17 DE DICIEMBRE DE 1924: DÍA A PARTIR DEL CUAL LAS MUJERES PUDIMOS SER ABOGADAS

El 17 de diciembre de 1924 fue promulgada la Ley 55, por la cual se reglamenta el ejercicio de la abogacía, permitiendo que todo panameño o panameña, extranjero o extranjera con 10 o más años de residencia, sin distinción de sexo alguno, que contara con la idoneidad correspondiente, pudiera ejercer la abogacía en nuestro país.

El Código Judicial de la época, en su artículo 476, impedía a las mujeres practicar el Derecho, por lo cual, Clara González, primera abogada panameña, graduada en la Escuela Nacional de Derecho en 1922, presenta la moción a la Asamblea Nacional para que se derogue esta norma discriminatoria y se apruebe la citada Ley que le da luz verde a ella y a todas las mujeres panameñas para desempeñarse como letradas.

La gran pregunta que surge en nuestras mentes es cómo una mujer que sabía de antemano que no podía ejercer el derecho se lanza a estudiar esta carrera.   Mi padre, Jorge Turner, diría que, sin duda, “estaba mejorando su instrumental teórico y de conocimientos para abordar con mayor solidez una lucha que habría de ser no sólo feminista, sino que también abarcaría la preocupación por la niñez desamparada y por los trabajadores explotados”.

En efecto, su tesis de Licenciatura fue un estudio sistemático sobre la condición jurídica de la mujer de la época, donde reivindicó directamente la igualdad de derechos entre mujeres y hombres.

Hoy, de cerca de 30,000 abogadas y abogados existentes en el país, el 52 al 57% somos mujeres.  Sin embargo, aún confrontamos grandes retos para nuestro desenvolvimiento  profesional, que tiene que ver con el contexto económico-social, portador de estereotipos discriminatorios que nos siguen afectando.  Es decir, que nuestra práctica jurídica se ve afectada por razones de clase social, pero también de género, como situaciones de acoso sexual y laboral, violencia doméstica, dobles y triples jornadas de trabajo, exclusiones por ser mujeres, salarios inferiores a los de los varones, entre otras.

Sería de justicia reivindicar el día 17 de diciembre, como el Día de la Abogada Panameña, tal como lo hizo Perú este año, al rendir homenaje a María Trinidad Enríquez Ladrón de Guevara (en su natalicio: 5 de junio), primera mujer en realizar los estudios de Derecho en 1874, pero sin poder obtener el título, por ser mujer.

O, al menos, que el Colegio de Abogados cambiara su denominación a “Colegio de Abogados y Abogadas”, tal como lo hicieran los gremios respectivos de Puerto Rico y Costa Rica, para ser plenamente inclusivos con quienes somos la mitad de la humanidad y más de la mitad de quienes practicamos la profesión.

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