Antecedentes

 

La Fundación tiene como antecedente una historia en común entre varias de sus integrantes que dio inicio hace alrededor de 20 años cuando un grupo de estudiantes, que buscaba apoyo a fin de presentar una denuncia por acoso, obtuvo respaldo de una profesora de derecho que inmediatamente las puso en comunicación con el Instituto de la Mujer de la Universidad de Panamá.

El Instituto a su vez las contactó con defensoras de los derechos de las mujeres y con una periodista y profesora de comunicación social, a cuyo cargo se encontraba la dirección del periódico universitario, quien no dudó en brindarles orientación para enfrentar el suplicio en el que se encontraban.

Por su parte, la profesora de derecho manifestaba a las estudiantes su inquietud por que fuese reconocida la figura de Clara González, primera mujer universitaria y primera abogada de la República, de quien algo se sabía por una plaquita, nada notoria, en una pared de la Facultad de Derecho.

Ninguna de estas cosas fue fácil. Pese a las dificultades que implica aceptar la condición de víctima para encarar, a través de una denuncia, a todo el sistema académico, social y de derecho, y recorrer ese camino que puede ser tortuoso, pero a lo largo del cual, con esfuerzos, pueden desarrollarse nuevas fortalezas para resurgir y convertirse en sobreviviente; se lograron al fin las sanciones correspondientes.

Se constituyó un Comité que, con el apoyo de la Comisión del Centenario de la República de Universidad de Panamá y tras enfrentar a quienes quisieron empañar esa noble pretensión, develó al lado de la Biblioteca Simón Bolívar, el monumento a Clara González; obra insigne del fallecido artista y escultor panameño Carlos Palomino.

En el camino no ha faltado el apoyo de aquellas compañeras de lucha, activistas por los derechos humanos de las mujeres, amigas, en fin, maestras cuyas enseñanzas y acogida constituyeron una enorme contribución a las vidas de aquellas que impactadas por las lecciones de Clara González, quien en sus últimos años resentía que las mujeres se había conformado con obtener el derecho al sufragio y regresado a su casa; son parte de esa historia que hoy continúa con CLARESAS.

Anayansi, Bárbara, Minerva y Mónica.

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